martes, 26 de noviembre de 2013

Todos los sentidos muertos

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Inmune a las miradas que me quieren rozar.
La cosa más común, la única cuestión que importa.
Algunas sensaciones no se pueden contar, están tan adentro...lo siento.
Por eso, algunas veces, no me duermo cuando debo y me hace mal y acabo rezagado del horario de la gente que es normal.
La simple brevedad, la corta duración de un beso.
El dulce despertar de todos los sentidos muertos.

miércoles, 13 de febrero de 2013

Azul marea

Esto lo escribí hace, exactamente, 3 años, 1 mes y 5 días.

Todo pasa y todo queda...o eso dicen, ¿no?



Ella sabía que podía volar, solo era cuestión de tiempo. Ya había escuchado que esa sensación existía y en sueños había experimentado algo parecido a eso. Callejones sin salida, una puerta, un pasillo, otra puerta...no era difícil adivinar qué era eso que estaba latiendo en el ambiente. Después de tanto intentar abrirlas, de salir y poder volar, cuando parecía que todo estaba preparado y predispuesto para ello, llegó y le pisó las alas. O mejor dicho, se las cortó de raiz. Era el miedo. El miedo a volar alto, tan alto que el resto del mundo no pudiera ni siquiera verla era demasiado grande. Volar alto, muy alto y un día, como Ícaro quemarse las alas y caer, pero no caer y volver al mismo lugar...caer hasta lo más profundo, caer y estar muy por abajo de los demás, y no volver nunca más a la superficie. Eso no era posible, no, no iba a permitírselo. Iba a ser su Dédalo particular, pero sin construir alas rompibles, alas de cera que pudieran fundirse y terminaran para siempre con el sueño de volar.
Solo quería conservarla en la isla, su isla particular, donde nada cambiaría, donde todo se quedaría exactamente igual, eterno, para ellos. Pero ella no quería, se resistía a pensar en que algo tan bonito no pudiera ser real. ¿Dónde estaba el sueño de escapar, de salir de aquella isla y de poder volar, y convertirse en pájaros para siempre? ¿No había otra solución? ¿Por qué las alas tenían que ser de cera?
- Hay...hay más materiales, no tienen por qué ser de cera, quiero decir...podemos hacerlas irrompibles.
- No.
- No quiero quedarme en esta isla para siempre.
- Yo sí, aquí todo es perfecto.
- Pero puede ser mejor...¿puedo, al menos, intentar construirlas?
- Puedes construirlas, pero yo no voy a volar con ellas.
- ¿Por qué?
- ...
- Por el miedo, es eso, ¿no?
- No...esas alas nunca van a volar.
- Déjame intentarlo. Podemos volar si queremos. Depende de nosotros.
- Saldrá mal.
- ¿Cómo puedes saberlo si ni siquiera lo intentas?


Y todo siguió tal y como era. Con miedo a salir de esa isla, con miedo a tener algo peor, con miedo a arriesgar esa seguridad de la isla perdida...solo por el miedo.Pero también, con miedo a algo mejor. Y ella siguió soñando con volar, con hacer unas alas fuertes e irrompibles, con alcanzar el cielo azul...azul marea.

martes, 15 de enero de 2013

Y viceversa

Lo que eres
me distrae de lo que dices.


Lanzas palabras veloces,
empavesadas de risas,
invitándome
a ir adonde ellas me lleven.
No te atiendo, no las sigo:
estoy mirando
los labios donde nacieron.


Miras de pronto a los lejos.
Clavas la mirada allí,
no sé en qué, y se te dispara
a buscarlo ya tu alma
afilada, de saeta.
Yo no miro adonde miras:
yo te estoy viendo mirar. 


Y cuando deseas algo
no pienso en lo que tú quieres,
ni lo envidio: es lo de menos.
Lo quieres hoy, lo deseas;
mañana lo olvidarás
por una querencia nueva.
No. Te espero más allá
de los fines y los términos.


En lo que no ha de pasar
me quedo, en el puro acto
de tu deseo, queriéndote.
Y no quiero ya otra cosa
más que verte a ti querer.



 La voz a ti debida (1237 - 1265)
Pedro Salinas

lunes, 31 de diciembre de 2012

(Maravilloso) 2012 :)



Este podría ser el típico balance del año, empezar por enero y terminar por diciembre. Pero es que este año, no me apetece, ¡qué le voy a hacer! 

Yo hacía balance el año pasado y decía que no había sido un año especialmente bueno, aunque como siempre, me quedaba con lo bueno, que no había sido poco. Este año si digo algo malo, por favor, pegadme. Porque, ¿sabéis qué? este año, queridos amigos, a mí me ha tocado el gordo. Y no hablo de dinero, porque me parece ahora mismo algo tan insignificante que ni siquiera es digno de mención. 

Me ha tocado la lotería en todos los sentidos en los que le pueden tocar a una persona. Porque no puedo siquiera mencionar una cosa que no me haya aportado algo bueno, incluso las malas. Me he superado a mí misma en las insignificantes (en número) situaciones adversas a las que me he tenido que enfrentar y no puedo estar más orgullosa de mí misma. Porque el año empezó bien, se torció  un poco y volvió a remontar, y desde entonces no ha hecho más que mejorar día a día. 

No hay una sola cosa que haya hecho en este 2012 que no me haya aportado felicidad: tuve una entrada del año muy divertida, atragantándome con las uvas en casa de uno de mis mejores amigos; me tocaron los mejores reyes de mi vida; me he vuelto una FANS de FANSES; he ido al musical de los 40 (¡por fin!) con el mejor compañero de piso que he tenido en los 4 años que he vivido en Sevilla; he hecho el que, hasta ahora, ha sido el viaje de mi vida, porque ha sido con parte de las personas más importantes para mí,  y por el significado de ese viaje; he ido a CONCIERTAZOS del coponcio, a cuál mejor: Bruce Springsteen, Jero Romero, Manolo García y Keane, he disfrutado como una enana y gritado a más no poder en cada uno de ellos; me he graduado (aunque sea de mentirijillas) y la graduación fue preciosa; he disfrutado de mi último año en Sevilla con la mejor compañía posible, con mil cosas que hacer, pero siempre con tiempo para aprovechar cada momento que he vivido allí; he pasado un verano increíble (no podía haber sido más inocente creyendo que iba a ser una mierda), uno de los mejores que recuerdo y en los que más cosas he hecho; he tenido, como siempre, mi dosis de Chipiona y, además, este año, unos días perfectos en Jerez…y en septiembre me convertí en estudiante erasmus y aterricé en Irlanda del Norte, una isla que me ha atrapado y me ha enamorado como pocos sitios lo habían hecho. Quizás haya sido la gente, quizás que he ido con la mejor predisposición posible, el caso es que no puedo negar que, desde que estoy allí, me siento la persona más afortunada del mundo. Muchos pueden pensar que no es nada del otro mundo y que muchísima gente vive esta experiencia, y probablemente tengan razón, pero para mí es una de las mejores cosas que me han podido pasar, incluso aunque no todo allí sea de color de rosa, aunque eche de menos muchas cosas y a mucha gente, aunque también haya vivido momentos que no me han gustado, esta experiencia también me ha servido para aprender a valorar lo que tengo y a cuidarlo como si fuera un tesoro. No puedo estar más orgullosa de la familia que tengo, de mis amigos, los de un sitio y los de otro, del lugar de donde vengo y, por qué no decirlo, de mí misma.  

De este año me quedo con todo lo bueno, que es mucho, y también con lo malo, porque de todo se aprende, me quedo con mis amigos, los que siempre han estado conmigo y los que he conocido este año, de España y del resto del mundo, y al nuevo año le pido que sea al menos como este que ha pasado y seguir siendo tan feliz como lo soy ahora. 

Para vosotros, queridos lectores anónimos y no tan anónimos, os deseo lo mejor, que lo miréis todo en positivo, todo se supera y el sol siempre sale, por muy intensa y larga que sea la noche, y que consigáis todo lo que os propongáis…y no olvideis una cosa: ¡sonreíd!
 

¡Feliz año a todos! :)

jueves, 8 de noviembre de 2012

...

"Will you see me in the end?
or is it just a waste of time trying to be your friend?"



viernes, 26 de octubre de 2012

From now on

Hola, pequeño, ¿cómo estás?
No, no me he olvidado de ti. Es solo que últimamente tengo demasiadas cosas en la cabeza. Y en los pies. Y en las manos. Y en el corazón. Especialmente desde que este nuevo país, antes desconocido para mí, en el que ahora me encuentro, me ha absorvido el cerebro y se ha colado poquito a poquito, sin casi darme cuenta, dentro de mi alma.
Es curioso que, desde que estoy aquí, el resto del mundo ha empezado a parecer diferente. No es más extraño, ni más bonito, ni más feo, ni más vacío, ni más lleno. Simplemente diferente. Y me gusta. 
Prometo no dejar de escribirte. ¿Recuerdas las teorías y las filosofías de vida de las que solíamos hablar? Se están cumpliendo, una a una. Creo que debes volver a recordame algunas, puede que estén a punto de pasar también.
¿Que qué pasa si no suceden? Tranquilo, también estoy preparada para eso. No me asusta que llegue el día de la despedida y todo haya sido como hasta ahora. Me gustan las cosas tal y como están, no le des más vueltas.


- Do you promise?
- I promise.

viernes, 19 de octubre de 2012

Escapar


Somos esa especie que corre en otra dirección cuando encuentra a alguien realmente interesante.
Ese tipo de seres que al acostarse en su cama no hacen más que pensar en su "alguien" especial.
Que sueñan. Fantasean.
Y huímos de todo eso, por miedo al dolor.
Una vez que admites que el dolor es algo inevitable, que va a pasar quieras o no. Una vez que descubres que el amor va ligado al sufrimiento. Que la extrañeza es pasión. Que la pasión es locura.
Cuando sueñas despierto y no logras dormir por las noches.
Entonces, todo lo que has corrido en esa otra dirección, no sirve de nada.
Tus piernas se olvidan de hacia dónde iban. Se paralizan y no te dejan moverte.
Y ahí es cuando escuchas a tu corazón. Latir.


Bárbara Grande Gil