Chances are, most of you have been there. It starts
with two people in love. You make a lot of promises, tell each other
you’re different from the rest, the exception. For a month or two, the
long, meandering conversations feel foreign and exciting. A chance to
get to know one another in a more intimate level. And then, slowly, so
slowly you might not even notice, conversations are replaced by missed
calls and resentful voicemails. And then finally, the day comes that the
two of you admit that you aren’t in fact, the exception. That being far
away from the person you love most is difficult on the good days and
impossible on the bad ones.
De repente, sin querer, se te van cayendo los muros. Y
descubren cosas que no querías que descubrieran. Y tú misma descubres cosas que
no sabías que tenías...y que no te gustan.
Debe ser que de tanto repetirlo, al final, se ha hecho realidad. Toda mi vida siendo una pesimista de libro y, de repente, algo cambia. Y a pesar de los palos, de las decepciones y de todos los problemas, me encuentro mirando el lado bueno de las cosas, las que merecen la pena, las que me sacan una sonrisa siempre que lo necesito. Quizás haya sido la compañía o las circunstancias que me han llevado hasta aquí, pero me encuentro al final de una etapa que ha sido bastante importante para mí y solo pienso en todo lo bueno que está por venir. Por que sé que será bueno. Y sé que merecerá la pena pase lo que pase. Ahora no puedo dejar de pensar en todas esas veces que me vine abajo, que no pensé en positivo, que no levanté la cabeza y miré adelante, que quise darme por vencida. En todo el tiempo que he perdido. Pero también es verdad que sin todos esos momentos negativos, no habría sido capaz de apreciar lo que de verdad merece la pena, y de valorar los buenos cuando llegan. No cometáis el mismo error que yo. Sed felices, disfrutad el camino. Y como decian los Monty Python: